La evolución de los entornos (con permiso de Darwin) – Canarias Creativa

La evolución de los entornos (con permiso de Darwin) – Canarias Creativa

Entrevista para el fanzine Canarias Creativa. Sergio Acosta fotografía el equilibrio entre el humano y su entorno. Lo hace desde la sensibilidad de su visión, su formación técnica y su experiencia vital.

 

Sergio Acosta fotografía el equilibrio entre el humano y su entorno. Lo hace desde la sensibilidad de su visión, su formación técnica y su experiencia vital.

Buenas tardes, tocayo, y gracias por esta entrevista. ¿Quién es Sergio Acosta y cómo ha sido el periplo hasta llegar al día de hoy?

Digamos que como tantos y tantos en nuestras islas, soy un descendiente de la diáspora canaria de mediados del siglo XX. De madre lagunera y padre ariquero, mi infancia y parte de mi juventud transcurrió con un pie en Tenerife y otro en Venezuela en un constante ir y venir. Luego, hace ya bastantes años decidí hacer mi vida definitivamente en Tenerife y en eso estamos hasta el día de hoy.

Tu formación es en Ingeniería Civil, con masters en GIS (Sistemas de Información Geográfica) e Ingeniería Ambiental. ¿De dónde te viene la fotografía?

Esto viene desde antes o a la par de mi formación académica, desde muy jovencito. Siendo niño mis padres nos llevaban regularmente a museos y a ver exposiciones. Siempre que llegaba alguna muestra interesante al museo de arte contemporáneo nos íbamos todos juntos a verla.

Por otra parte hacíamos muchas actividades en la montaña, excursiones y mucho deporte. Entiendo que esto me marcó desde muy niño y fue el germen de una cierta sensibilidad por el arte y también por el deporte.

Después a lo largo de los años siempre he estado vinculado al mundo del montañismo y la escalada. En mis años de facultad viajábamos mucho por Sudamérica para ir a escalar y subir montañas como posesos. En esos años creo que empiezo a tener una conciencia más clara del hecho fotográfico. Al principio con una intención meramente testimonial, para documentar el paso por aquellos lugares alucinantes que visitábamos, pero ya por aquel entonces con una inquietud por la calidad y estética de la imagen.

A lo largo de los años en la facultad vas creciendo, vas madurando en todos los sentido. No soy consciente cuando se produjo el cambio, pero sería en esos años, llega un momento en el que hay un click en tu cerebro, tomas otra conciencia y pasas de la imagen testimonial a la imagen significada, posteriormente a querer expresar cosas a través de la fotografía y luego a los proceso artístico más conscientes y desarrollados.

A priori puede parecer que la formación en ingeniería se encuentra alejada mundo del arte, pero no es así, depende de la sensibilidad de cada uno claro, pero hoy por hoy los procesos artístico tienen mucho de procesos de investigación y por ello bastante más relación con la ingeniería de los que muchos se pueden imaginar.

¿Dónde te encuentras más cómodo? ¿Tras la cámara o tras los proyectos?

Creo que la cámara no es más que una herramienta y la fotografía un medio, no son un fin último por si mismos, hay que tener algo que expresar, que contar o transmitir. Me gusta investigar, trabajar una idea, desarrollarla, hurgar dentro y fuera de mi para descubrir las claves que me conecta a un determinado concepto. Como decía antes, los procesos artísticos contemporáneos tienen mucho de procesos de investigación y en ese sentido, creo que lo interesante es que exista un proyecto, un proceso artístico o como lo queramos definir, luego se expresa a través de un medio y sus herramientas.

En el medio fotográfico siempre me he sentido muy cómodo y me apasiona, pero no descarto otros. Dependiendo del proceso o proyecto artístico en el que estés sumergido, la parte formal o el medio idóneo para representarlo puede ser fotográfico, puede ser el vídeo, un planteamiento performativo, la pintura, la escultura o una de mezcla varios.

Cuéntanos cómo entiendes esta doble dedicación profesional y artística.

Para mi es un contrapunto vital y necesario. Estoy sumergido en ambos mundos, en el de la ingeniería y en el del arte y la fotografía, los disfruto y me apasionan. No sería capaz de poner uno delante del otro. La ingeniería me aporta certezas, método y marcos de referencia objetivos, en el arte encuentro cierta subjetividad, fluidez y me permite indagar en mi parte interior y emocional. Creo que es una combinación interesante en la que me encuentro muy bien y me da equilibrio.

Tu fotografía ha sido protagonista de diversas exposiciones y en 2013 recibió, además el Premio de Artes Plásticas Manolo Millares, de la Fundación Caja Canarias. ¿Cómo podrías definirla?

Es complicado para mi definirla y si lo hago es según claves muy personales, que no siempre son vistas de igual manera desde fuera. Es cualquier caso, al final de todo es para mi un medio de reflexión, de estudio y aprendizaje continuo que me permite crecer en todos los sentidos para luego compartirlo con los demás.

Comentaba en la entradilla que entiendo tu fotografía como un equilibrio entre el entorno y el ser humano, si bien su ausencia física en tu trabajo es un punto de inflexión y reflexión. ¿Qué buscas transmitir con tus instantáneas?

Creo que en general parten de reflexiones personales y al final buscan generar reflexiones similares en quien las observa, aunque esto es relativo ya que las interpretaciones del observador son libres. Siempre me ha gustado trabajar las ausencias, los silencios y la belleza de lo anodino. Por lo general en mis obras huyo de lo evidente y me gusta trabajar las ideas y los conceptos a través de sus derivadas, sus consecuencias o de las estelas van dejando.

¿La lectura visual del entorno deja de ser objetiva desde el momento en que decides el encuadre y el momento que la define?

En esto hay dos partes, por un lado, la lectura visual de quien emite y por otro lado la de quien recibe. Evidentemente nuestra lectura visual, nuestra interpretación de lo que vemos viene condicionada por nuestra cultura, ideología, forma de pensar, además de otras muchas cosas y siempre dentro de unos cánones más o menos comunes en la cultura contemporánea. Lo realmente importante es ser consciente de ello y en consecuencia como se actúa una vez se ha tomado esa consciencia, sobre todo desde la parte emisora del mensaje. Hay maneras de afrontar los temas, los encuadres o los momentos, con la intención premeditada de influir en el espectador o por el contrario, se puede tener la intención de transmitir al espectador un mensaje y que este saque sus propias conclusiones.

Ésto es válido para todo tipo de lenguaje, en el fotográfico o cinematográfico por ejemplo, existen multitud de maneras, no es lo mismo lo que se transmite con un contrapicado que con un plano medio, con la utilización de una óptica en particular o la utilización de un tipo de luz u otra. El tema de la objetividad es uno de los grandes debates históricos de la fotografía, en mis imágenes busco cierto distanciamiento y una intencionada tendencia a la neutralidad.

¿Qué es, para ti, el paisaje?

Es una difícil pregunta ya que puede llegar a ser un concepto bastante subjetivo, del que se ha escrito mucho y hay extensa literatura para todos los gustos.

Mi idea del paisaje, digamos que se aleja de los románticos, de las consideraciones meramente estéticas, aunque me interesan también mucho, y se acerca más bien a la idea de una lectura del territorio en el que se conjugan gran cantidad de aspectos naturales, culturales, ambientales, económicos o sociales vistos desde el prisma y la sensibilidad de cada uno con sus consecuentes consideraciones perceptivas, éticas y estéticas personales.

Todo ello además, en un determinado espacio-tiempo que va cambiando según las épocas. Me interesa mucho esa interacción en la que todos estos elementos se interrelacionan y son dependientes los unos de los otros configurando finalmente la sociedad y el territorio.

¿Y cómo debemos protegerlo?

Bueno, no hay una receta única para ello. Creo que lejos de posturas utópicas debemos buscar el equilibrio. Existen muchísimos aspectos ambientales y naturales que merecen nuestra atención, existe una rica biodiversidad que debemos valorar y conservar, hábitats que por su singularidad y especificidad debemos proteger, creo que a estas alturas nadie puede poner esto en duda, pero es que incluso desde un punto de vista antropocéntrico, nuestra existencia como seres humanos no puede prescindir del medio ambiente y el territorio para subsistir, por esto es impensable que el ser humano no pretenda asegurar y proteger su medio de subsistencia.

La clave está en tomar conciencia y en educar en ese sentido. En cuanto mejor sea el estado de conservación de su medio de subsistencia, en este caso el medio ambiente y el territorio, mejor será la calidad de vida del ser humano, es de perogrullo.

¿El ser humano evoluciona según su entorno o viceversa?

El ser humano no es un elemento ajeno al medio, forma parte de el y es una pieza más que interactúa con el resto de elementos que conforman el entorno. En consecuencia influye y es influido por lo que le rodea en esa interacción. En unos casos el entorno es mucho más fuerte que el hombre y lo doblega, en otros casos ocurre justo lo contrario.

Tu fotografía no habla de sentimiento, sino de equilibrio. ¿Por qué el silencio del objeto y no el diálogo del humano?

Creo que hay un poco de ambas cosas, por una parte el objeto y sus silencios al final hablan y dicen mucho de lo humano. Por otro lado, me gusta mucho el juego de lo sugerido y se puede dialogar mucho sobre lo humano sin tan siquiera mostrarlo. Por otro lado, si la obra artística a través de múltiples sensaciones genera una emoción en el observador, como consecuencia se genera un sentimiento. En cualquiera de los casos si que hay una búsqueda consciente del equilibrio en mi fotografía.

¿Cómo definirías Canarias desde el punto de vista visual?

Un territorio muy diverso en el que puedes encontrar de todo a nivel visual. Costas, playas, parajes desérticos, pinares y bosques subtropicales de laurisilva, alta montaña, volcanes, tramas urbanas, ciudades, pueblos con encanto… En fin, de todo. Si a todo esto le sumas un clima benévolo y un promedio de horas de sol anuales altísimo, resulta que tenemos un entorno visual envidiable. No en vano las islas se han convertido en un destino importante para muchas producciones publicitarias, cinematográficas y de la industria audiovisual.

El silencio, me reitero en la afirmación, en tus instantáneas entre casi en contraposición con la imagen de la Canarias de naturaleza invadida por la obra humana que muchos ven en su litoral. ¿En qué punto del equilibrio nos encontramos?

Distantes del equilibrio y resulta paradójico, por ejemplo en caso de Tenerife que es similar al de otras islas, tenemos algo más del cincuenta por ciento del territorio con alguna forma de protección de las existentes ya sea parque nacional, parque natural, parque rural, reserva u otros. Esta es un circunstancia destacable y un logro muy positivo, teniendo en cuenta que la media nacional está en un entorno poco superior al quince por ciento.

Por otra parte, del cincuenta por ciento restante, un veinticinco por ciento son fincas rústicas y el restante veinticinco es lo que corresponde a suelo urbano. Aunque hay muchas cosas mejorables en las tres cuartas partes que corresponden a suelo rústico y protegido, el gran problema lo tenemos en la cuarta parte urbana, sobre la que se ejerce una presión muy considerable.

Decían antiguas tribus que la fotografía caza el alma del retratado. ¿Qué roba tu fotografía del entorno?

Lo intangible, los silencios, los vacíos…

¿Cuál es el sitio más insospechado donde has llegado a sacar una fotografía?

Una vez me encontré fotografiando una tribu de la etnia akha en las montañas del norte de Tailandia celebrando una misa cristiana, fue un poco surrealista.

¿Qué tiene la luz de las islas para que sea tan especial?

La gran variedad de tipos y matices que te ofrece. Desde las más duras hasta las más suaves, saturaciones para todos los gustos. Tenemos una latitud y un clima que hacen de las islas un paraíso de la luz.

Vayamos al test rápido, si te parece. ¿Analógico ó digital?

Digital, no soy nostálgico en esto.

Un fotógrafo que te haya influido en tu carrera….

En una época, en mi búsqueda de los orígenes, descubrí la obra de Paul Strand y todo lo que vino como consecuencia de su trabajo, eso marcó mucho mi línea de estudio y cambió mi visión.

Un paisaje a proteger.

Canarias en su conjunto

Un sitio preciado para la fotografía

Las periferias urbanas me atraen mucho, entre otros sitios.

Un referente en las islas.

Dos personas con las que he debatido, compartido y aprendido mucho de fotografía, Damián Borges y José Oller, ambos excelentes fotógrafos canarios.

¿Banda sonora para trabajar?

Jan Garbarek o jazz en general.

¿Y para celebrar el fin de un trabajo?

Últimamente me viene mucho a la mente “Magia” de Gustavo Cerati, una especie de himno de reafirmación.

El mejor amigo del fotógrafo es…

La pasión por lo que hace.

¿Y su mayor enemigo?

El ego.

¿Qué es la inspiración?

Ese estado de lucidez que te da la dedicación y la constancia.

Nada más por mi parte. ¿Deseas añadir algo?

Darles las gracias y felicitarles por la gran labor que desarrolla Canarias Creativa.

Muchísimas gracias por esta entrevista y suerte en la andadura.


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Sergio Acosta - Artista visual - Fotografía